El buen líder gestiona emociones

Por revistamercado | noviembre 30, 2020

Nos encontramos en un entorno caracterizado por la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad, un contexto al que llegó una pandemia.

La crisis provocada por esta ha evidenciado, de forma más clara, que la sociedad mundial demanda nuevos líderes y nuevos modelos de liderazgo.

Partiendo de esos preceptos, LLYC, firma global de consultoría de comunicación y asuntos públicos, con la colaboración de Trivu, una organización del talento joven con la que trabaja frecuentemente, ha realizado una investigación pionera a nivel global, basada en tecnologías disruptivas, que les ha permitido identificar y anticipar, en términos de tendencias, los rasgos y las cualidades que caracterizan a los líderes del futuro.

Así nace “Future Leaders”, tema del que conversamos con José Antonio Llorente, presidente y socio fundador de LLYC. ¿Qué objetivos persigue este estudio? Por un lado, ofrecer una visión de la nueva generación de líderes que, adaptándose a la coyuntura actual, será capaz de inspirar a la sociedad del futuro.

Por otro, mostrar el valor del análisis de la conversación para acceder a insights clave para mejorar la toma de decisiones. ¿Cuál fue la metodología del estudio? Partimos de un modelo de liderazgo transformacional y para la evaluación tomamos en cuenta tres criterios básicos en cada perfil: la tenencia de un propósito, su potencial movilizador y, finalmente, su capacidad de influencia. Nuestros equipos propusieron nombres de personas de esta nueva generación, procedentes de 12 países de habla hispana y portuguesa, incluido Estados Unidos.

A ello le sumamos los perfiles de un número determinado de líderes del hoy. A través de técnicas de Procesamiento de Lenguaje Natural (NLP por sus siglas en inglés) e Inteligencia Artificial, analizamos más de veinte mil de sus tuits, post y discursos recientes en redes sociales.

Se segmentaron, clasificaron y ponderaron más de un millón de palabras. Tanto por presencia multinacional como por densidad cuantitativa y cualitativa del análisis, estamos ante un estudio trascendente que nos ha sorprendido por la claridad e intensidad con que se marcan diferencias entre los líderes del hoy y los líderes del futuro. ¿Cuáles han sido los principales hallazgos? Los líderes actuales son personas con una gran resiliencia emocional y que se manejan en el mundo de las ideas y la innovación.

Destaca su asertividad y su pragmatismo, así como la necesidad de contar con orden y estructura a su alrededor. Por su parte, los nuevos líderes son responsables y trabajadores, con un gran sentido del deber, apertura de mente y con tendencia a enarbolar ideales abstractos, con niveles de curiosidad alta.

Al mismo tiempo, son asertivos, pero también amables, muy cooperantes y respetuosos con el bienestar de los demás: son conscientes del impacto de las personas en el mundo externo y de la necesidad de trascender de uno mismo y pensar más en lo colectivo. ¿Cuáles se pueden decir son las diferencias entre el líder actual y el del futuro? Con todo, la principal diferencia tiene que ver con la gestión emocional, más oculta en el liderazgo tradicional. Los líderes que vienen no comparten ese modelo.

Creen que integrar y gestionar emociones y sentimientos supone una parte sustancial y positiva del liderazgo. A la vez, esa emotividad acrecienta su sentido de pertenencia a la comunidad, el alcance social de sus decisiones y el respeto al individuo y al hábitat como principios de actuación. En ellos el pensamiento colectivo prevalece sobre lo estrictamente individual.

Son igualmente innovadores, pero más idealistas. En suma, los futuros líderes están mejor situados a la hora de interactuar en el eje entre lo individual y lo comunitario, y en sus intervenciones ya han interiorizado la presencia, inclusión y apelación al género femenino.

¿Qué rasgos considera que busca la sociedad en un líder hoy en día? Los nuevos entornos, en cualquier lugar del mundo, demandan líderes innovadores con visión y capacidad de adaptación, con habilidad para actuar, ágiles en la toma de decisiones, con empatía, resiliencia y capaces de comunicar, generar compromiso e inspirar. Suele decirse que tan solo el cambio permanece. Así que los sectores que se anticipen a esa nueva normalidad, y que sepan interpretar y aplicar antes que nadie esos nuevos modelos de liderazgo, tendrán buena parte del éxito garantizado de antemano.